‘El Goyo’, un policía entregado a Los Zetas por dar información a la PGR y al ejército
‘El Goyo’, un policía entregado a Los Zetas por dar información a la PGR y al ejército

PACHUCA, Hidalgo.- Un número indeterminado de los 864 casos de personas reportadas como desaparecidas en Hidalgo que según Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación se tienen registrados en los últimos 59 años (de 1964 a la fecha) fueron perpetrados entre 2008 al 2011 por policías al servicio de Los Zetas

También hay algunos casos más recientes ocurridos en Cuautepec, municipio señalado como «huachicolero» por la complicidad que hay entre pobladores de comunidades con los ladrones de combustible. En tres de los casos, policías municipales de Mineral de la Reforma, Pachuca y Tulancingo perpetraron los secuestros y entregaron a las víctimas a células del crimen organizado que se encargaron de desaparecerlos.

Manuel Escobedo Delgadillo, alias ‘El Oso’, expolicía municipal de Pachuca, detenido en junio de 2009 por intento de secuestro, reveló en su declaración ante el agente del Ministerio Público (MP) –la cual obra en la causa penal 4/64/2009 iniciada por la PGR en el Juzgado del Segundo Distrito de Tepic, Nayarit– que Los Zetas, luego de torturar y asesinar a sus víctimas, aventaban los cadáveres en tiros de la mina de Pachuca Mineral del Chico, o en cementerios de comunidades remotas.

En 2010, de acuerdo con la investigación realizada por agentes del Grupo Bronce de la Agencia de Seguridad e Investigación del Estado de Hidalgo (ASIEH), foliado con el número ASIEH/CI/DP/939/2010, a la que tuvo acceso este periodista, el policía municipal de Tulancingo Gregorio Vera Bautista, conocido con el mote de ‘El Goyo’ fue «levantado» por cuatro de sus compañeros y entregado a un grupo de sicarios de Los Zetas por entregar información a la Procuraduría General de la República (PGR) y al ejército mexicano.

Según testimonios de radioperadoras que en aquel entonces laboraban en el C4 de Tulancingo, el «levantón» fue ejecutado por los oficiales Édgar Soto Garrido y Sabino Monroy Huerta, por orden del entonces comandante Miguel Morgado Hernández, encargado de reclutar a los policías con “sueldos” de 3 mil y 5 mil pesos mensuales para “trabajar” como «halcones» o espías para “El Kawuashi” y “El Teclas”, jefes de plaza de Los Zetas en Tulancingo.

El levantón de ‘El Goyo’

El expolicía Sabino Monroy Huerta, tras ser interrogado, confesó trabajar para Los Zetas y haber participado en el levantón de Gregorio Vera Bautista, ‘El Goyo’.

Relató que la noche del 28 de enero de 2010 recibió una llamada por la central de radio de la Policía Municipal, en el cual la radioperadora Micaela Ortiz Gayoso –quien también se encontraba en la narco nómina– les dijo que por orden de Morgado recogieran al «Goyo», para llevarlo a su casa.

En el llamado crucero de Acatlán, ‘El Goyo’, quien era integrante del grupo de inteligencia, fue recogido por otro oficial al que Sabino Monroy identificó como «Sixtos». Sabino Monroy y Édgar Soto lo invitaron a subir a una patrulla, a lo que accedió sin resistencia.

Entonces, “Miguel Morgado le llamó a Édgar preguntándole que si ya estaba listo el “paquete” refiriéndose a ‘El Goyo’, y Edgar le contestó que ya, ordenándole Miguel Morgado que se verían en un camino de terracería que está atrás de Ahuehuetilla”, dice el expediente.

Morgado llegó al lugar acompañado por Mario Aguirre, armero de Seguridad Pública de Tulancingo; tras descender de la patrulla 144 ordenó a Sabino y a Édgar sacar de la otra unidad a Gregorio Vera, quien al darse cuenta de que sus horas estaban contadas recriminó a Sabino el haberle “puesto el dedo”.

“Recibí órdenes”, se limitó a contestar Sabino, mientras Mario Aguirre con una pistola escuadra en la mano le ordenó a Gregorio que se diera la media vuelta y se recargara sobre la patrulla para luego esposarlo.

Después, Goyo fue introducido a la patrulla de Morgado, una camioneta Dodge tipo Ram, doble cabina, con placas de circulación 156 y número económico 144.

Édgar Soto y Sabino Monroy acompañaron a Morgado y a Mario Aguirre a entregar a Gregorio Vera a los sicarios, quienes los estaban esperando en el llamado Paseo Bicentenario de Tulancingo.

En el transcurso del camino Mario Aguirre le dijo a Goyo que «ya había valido madre por andar de metiche». Gregorio respondió que no sabía nada y que no quería tener problemas. Entonces ‘El Armero’ le dijo que se callara, que «no la hiciera de pedo y que ya no hiciera más problemas”.

Alrededor de las 22:35 de esa misma noche llegaron a Paseo Bicentenario, donde se encontraba estacionada una camioneta Trail Blazer con cinco sicarios en el interior. El cabecilla era un hombre al que Sabino Monroy identificó como ‘El Patas’. Otro de los individuos iba vestido con un chaleco con insignias de la PGR y los otros tres vestidos de civil. Todos portaban armas de alto poder.

Mario Aguirre sacó a Goyo de la patrulla y lo entregó a ‘El Patas’, quien lo introdujo en la camioneta.

‘El Patas’ les ordenó a los policías que se fueran, que no los acompañaran. A partir de ese momento, no se supo ya nada de Gregorio, cuyos familiares al día siguiente fueron a la corporación a preguntar por él .

De acuerdo con el testimonio de Monroy y de los otros involucrados, existía la amenaza de Los Zetas de «levantarlos» a ellos, en caso de que no hubieran entregado a Gregorio Vera.

Édgar Soto, Sabino Monroy, Alejandro Hernández GasparFrancisco Rutilo San Agustín y otros policías fueron aprehendidos por su probable responsabilidad en el secuestro y homicidio de Gregorio Vera.