El Wall Street Journal asegura que todo apunta a que «alguien a bordo estrelló deliberadamente» el avión fletado por la aerolínea China Eastern. «Los datos muestran que alguien, posiblemente un piloto u otra persona que se abrió paso a la fuerza en la cabina, hizo caer al Boeing 737-800 en picado». Casi dos meses después de que un avión se estrellara desde la altitud de crucero en las montañas de Guangxi, al sur de China, matando a 123 pasajeros y nueve miembros de la tripulación, comienzan a salir los primeros informes que apuntan a que el accidente pudo ser intencionado.

Desde que el Boeing 737-800, en ruta desde la ciudad de Kunming hasta Guangzhou, se estrelló el 21 de marzo, no cesaron los rumores de que podría tratarse de una tragedia idéntica a la de Germanwings (2015), cuando el copiloto aprovechó la ausencia del piloto principal para estrellar el Airbus A320 en los Alpes franceses matando a 144 pasajeros.

Desde China desde el principio se señaló que el avión no tenía ningún fallo técnico ni los controladores de tráfico aéreo habían notado ninguna anomalía durante el vuelo. Hace un mes, un informe preliminar firmado por la autoridad de aviación del país asiático confirmó que la aeronave, en servicio desde 1997, se encontraba en perfectas condiciones y las condiciones climáticas eran buenas.

El informe de abril de los reguladores chinos señalaba que las dos cajas negras que se encontraron, la grabadora de voz de la cabina y el registro de datos de vuelo, vitales para resolver el misterio, estaban «gravemente dañadas» y que los investigadores trataban recuperar su contenido. Todos los datos fueron enviados a Estados Unidos, país fabricante del avión, para ser analizados.

Este martes, el Wall Street Journal, citando a los investigadores estadounidenses, asegura que todo apunta a que «alguien a bordo estrelló deliberadamente» el avión fletado por la aerolínea China Eastern. «Los datos muestran que alguien, posiblemente un piloto u otra persona que se abrió paso a la fuerza en la cabina, envió al Boeing 737-800 en caída picada», dicen las fuentes que cita el Journal.

Desde EEUU defienden esta conclusión partiendo del hecho de que los investigadores chinos no encontraron ningún problema con la aeronave o los controles de vuelo que podrían haber causado el accidente, además de que los pilotos no respondieron a las repetidas llamadas de los controladores de tráfico aéreo y aviones cercanos durante el rápido descenso a 8.900 metros.

Al mando del avión estaba el capitán Yang Hongda (32 años), que había sido padre seis meses antes del accidente. De copiloto iba Zhang Zhengping (59), un veterano con 32.000 horas de vuelo en una carrera de más de 30 años. Zhang se iba a jubilar este verano.

El informe presentado en abril señalaba que el avión se desintegró tras el impacto en un valle cerca de la ciudad de Wuzhou, formando un cráter de 20 metros de profundidad y provocando un incendio en el bosque circundante. Las piezas del avión acabaron dispersas por la montaña, algunas de ellas enterradas bajo tierra.

Las autoridades chinas dijeron durante la búsqueda de los restos que se excavaron más de 22.000 metros cúbicos de suelo y se encontraron 49.117 piezas del avión. El estabilizador horizontal, el motor y los restos de la punta del ala derecha, no se recuperaron hasta diez días después. Más tiempo, casi dos semanas, pasaron hasta que se confirmó que todos los pasajeros habían fallecido.

Fue el peor accidente en China desde 1994, cuando 160 personas murieron en un vuelo de China Northwest Airlines que se estrelló después de que la aeronave se partiera en dos en el aire. Hacía 12 años que ningún avión se caía en un país que, dos días antes del accidente, anunció el récord mundial de cero incidentes importantes en más de 100 millones de horas de vuelo.

La compañía China Eastern dejó en tierra toda su flota de aviones 737-800 después del accidente, pero reanudó los vuelos a mediados del mes pasado.

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