
Por: Sandra Dueñes Monárrez.
Ciudad de México., a 15 de noviembre del 2025.- Con coraje y determinación Doña Raquel, abuelita del fallecido alcalde Carlos Manzo salió a protestar para exigir justicia por artero crimen del que fue victima su nieto.
En su silla de ruedas y armada con la foto de su nieto Carlos Manzo, el clamor por justicia acompañó a los asistentes de la marcha de la Generación Z quien marchó por las principales calles de la Ciudad de México hasta culminar en el Zócalo de la capital, donde miles de personas se aglutinaron para recriminarle al Gobierno Federal la violencia, corrupción e impunidad que prevalecen en México.
Doña Raquel, con un sombrero que protege su rostro del sol, no ha dudado en señalar al diputado Leonel Godoy como el presunto autor intelectual del asesinato de su nieto. En medio de la multitud que avanza por Paseo de la Reforma con dirección al Zócalo capitalino, sus palabras resuenan con fuerza:
«Morena lo mandó matar y Godoy, el de Lázaro Cárdenas, el que fue gobernador», afirmó. La abuelita, con una mezcla de tristeza y valentía, pidió que se investigue al diputado federal morenista por el homicidio. «Investiguen a Godoy, ahí mismo estaba Godoy y lo mandaron a matar. Yo estaba cerca, y yo decía: ¿por qué no viene, si quedamos de vernos? Cuando me dijeron, me empezó a temblar todo el cuerpo», contó con dolor la abuela de Carlos Manzo.
El asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo, el pasado 1 de noviembre, ha desatado una serie de protestas y movilizaciones en busca de justicia. Entre los manifestantes, una figura destaca por su coraje y determinación: Doña Raquel, la abuelita del fallecido alcalde, quien avanza en su silla de ruedas junto a la Generación Z para exigir justicia.
Doña Raquel ha expresado que “no tiene miedo, mi nieto no murió, el Gobierno lo mató”… por lo que exigen justicia y paz tanto para el municipio de Uruapan como para todo Michoacán y México entero.
Es de esta forma que en medio del dolor, la figura de Doña Raquel se erige como un símbolo de esperanza y lucha en un momento crucial para la sociedad mexicana. Su valentía y las demandas de la Generación Z y otros manifestantes son un recordatorio de que la búsqueda de justicia es un esfuerzo compartido que no conoce barreras de edad. La abuelita del alcalde de Uruapan, Michoacán, asesinado el pasado 1 de novimbre, acudió portando un sombrero en sus sillas de ruedas mostrando con ello que nada, ni nadie puede detener la exigencia de justicia.






