El Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania dijo que las fuerzas ucranianas repelieron 102 ataques en el último día, y que las fuerzas rusas continúan las operaciones ofensivas en las regiones de las direcciones Lymanski, Bajmutski, Avdivski, Mariinski y Shakhtarski.
Las fuerzas rusas habían lanzado tres ataques con misiles, incluso dirigidos a infraestructura civil en Solvyansk, además de ocho ataques aéreos y 49 ataques con cohetes. Alrededor de Kupyans y Lymanski, las fuerzas rusas continúan intentando romper las defensas ucranianas con asaltos en varias áreas y bombardeos de artillería.
La actualización del Estado Mayor General también afirmó que las fuerzas rusas “continúan saqueando territorios capturados temporalmente”.
Recientemente, en Energodar, los ocupantes comenzaron a retirar el equipo del centro educativo y de capacitación de la planta de energía nuclear de Zaporiyia, que se utilizó para mejorar las calificaciones del personal.
En su discurso vespertino del domingo por la noche, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, dijo que más de mil soldados habían muerto y 1.500 habían resultado heridos de estos combates.
Deserción de tropas rusas
Los avances de Rusia en la campaña por tomar la ciudad oriental ucraniana de Bakhmut parecen haberse detenido, según indicó un análisis sobre la batalla terrestre más larga de la guerra, mientras las fuerzas armadas ucranianas se preparaban para una contraofensiva inminente. Incluso se afirmó que hay una alta tasa de deserción entre las fuerzas Spetsnaz.
El Instituto de Estudios de la Guerra (ISW, por sus siglas en inglés), con sede en Washington aseguró que los ataques de las fuerzas rusas continúan pero que no han podido ganar terreno. En el informe citado por el Instituto se afirmó que ninguna unidad del Septsnaz, comandos de fuerzas especiales, está en su totalidad y que algunos comandantes han huido de sus unidades a pesar de recibir generosos salarios durante la última década.
Dijo que no había avances confirmados de las fuerzas rusas en Bakhmut, donde se desarrolla la más prolongada y sangrienta batalla de la invasión. Tropas rusas y unidades del Grupo Wagner, una compañía militar controlada por el Kremlin, seguían lanzando ataques terrestres en la ciudad pero no había pruebas de que consiguieran ganar terreno, señaló el ISW.
«Parece poco probable que la mayoría de los comandantes hayan huido de estas unidades de élite».
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Agencias
