Por: Sandra Dueñes Monárrez.

Chihuahua, Chih., a 9 de junio del 2024.- Hace unas semanas que fue presentado el libro “Reporte Miroslava” de la periodista Guadalupe Lizarraga bajo el “pretexto” de buscar que “paguen” todos los involucrados en el crimen de la corresponsal de La Jornada.

Una “magnifica obra literaria” confusa en su narrativa y con la ausencia de los testimonios centrales no solo de la familia de Miroslava Breach Velducea sino de quienes encabezaron la investigación.

Pero en cambio se centró en la defensa de quienes encabezaron el crimen de la periodista, y no solo de ella sino de un centenar de desplazados por la violencia que generaban a través del grupo criminal que encabezaban en la tierra de Miroslvaba Breach Velducea cuyo trabajo fue escrupuloso y excepcional algo muy lejano al trabajo de seudoperiodistas que buscan el escarnio público para venderse a cualquier postor.

La autora de este libro solo se centró en lo que llamamos dentro del argot periodistico en una “filtración” a modo con un interés de dar a conocer dicha información en medio de una contienda electoral tan importante como es la presidencia de México y donde la pugna que se ha dado entre la izquierda y la derecha es inquietante, pero al mismo tiempo ha evidenciado la lucha por los intereses propios de la clase política.

Frente a la publicación de “Reporte Miroslava” no solo se pretendió señalar la “supuesta fabricación de responsables del crimen, así como la siembra de pruebas por parte del exgobernador Javier Corral Jurado y la Fiscalía General del Estado, en vinculación con la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (Feadle) de lo cual la autora no presentó pruebas solo supuestos.

Guadalupe Lizarraga en la presentación de “Reporte Miroslava” aseguró que dicha obra se encuentra sustentada en la carpeta de investigación compuesta por 26 tomos, cuando de acuerdo con la Feadle esta cuenta únicamente con 24 tomos.

Otro punto a destacar es la ausencia de los testimonios centrales tanto de la familia Breach Velducea como de los abogados y las autoridades que judicializaron el caso del crimen, así como dejando de lado la consulta a las causas penales, las audiencias públicas del caso celebradas ante el Centro de Justicia Penal Federal en Chihuahua.

Por lo anterior referir que el exgobernador ingresó al domicilio de la periodista y hurtó su computadora pórtatil, sin tener las pruebas, ni el testimonio de la familia, y revictimizando a la misma bajo el “supuesto de que todos se habían alieado a la maquiavelica historia para proteger a Javier Corral Jurado de las filtraciones que realizó a Miroslava Breach”.

Calificando de “mentirosas” las declaraciones de la familia Breach para proteger a Javier Corral Jurado, cuando ellas han expresado su inconformidad en relación a que faltan aun muchos involucrados en este crimen.

Yo me pregunto a caso las hermanas Breach Velducea no tienen capacidad para disernir lo que ocurrió, a caso Javier Corral tenia la capacidad en medio de tantas Ong´s de manipular a la familia de Miroslava, para que se fabricara una historia donde se deslindará al exgobernador del crimen.

Pues si se trata de especular, todo lo que rodeo el crimen de Miroslava podemos incluso pensar que los mismos autores del crimen hoy sentenciados buscaban con el tema de las cartulinas fue dirigir la mirada de las autoridades a Arturo Quintana alias “El 80” integrante de un grupo antagonista de Los Salazares, es decir de la Línea, algo que comunmente ocurre con los criminales de este tipo cuando dejan rastros como mantas y cartulinas, lo anterior lo ha dicho en múltiples ocasiones el actual fiscal General del Estado, César Jáuregui Moreno.

Y es que los grupos criminales al momento de dejar mantas, pintas y cartulinas, no es con el objetivo de decir verdades, sino de crear distractores y el distractor perfectos en esos momentos era precisamente Arturo Quintana “El 80” a quien durante la campaña de Javier Corral Jurado le aseguró que lo perseguiría por ser considerado un generador de violencia en la región manzanera.

Retomando las amenzas a Miroslava por parte de sus homicidas es evidente que la confianza que existía entre la familia Breach Velducea eran de su conocimiento, incluso de su preocupación, quien conoce a las Breach sabe que son mujeres unidas que la adversidad que a lo largo de su vida han enfrentado provocó que su lazo familiar fuese tan estrecho y fuerte que a pesar de la ausencia de Miroslava este continua vigente para exigir justicia y que no se lucre políticamente con la memoria de su hermana.

En ese tenor, el libro aunque fascinante por su narrativa e incluso detectivesca redacción carece de ese rigor y balance periodistico que al final de cuentas hace que esta obra posea graves sesgos de información, cayendo en falsedades y datos incorrectos, además de ser tendencioso en sus conclusiones y que ademas vulnera la identidad de testigos protegidos que aunque existe un período de secrecía no dejan de ser testigos en riesgo más por parte de grupos de la narcopolítica que evidentemente no se encuentran en prisión, ni por la muerte de Miroslava, ni de muchos otros asesinatos de periodistas.

Porque si nos vamos a buscar responsables del crimen de Miroslava Breach Velduces y de muchos otros periodistas encontramos que los grupos de poder son los principales responsables y de esos ninguno se encuentra en prisión.