Por: Sandra Dueñes Monárrez.

Chihuahua, Chih., a 31 de marzo del 2024.- En plena Semana Santa, el Tribunal Estatal Electoral (TEE) “crucificó” al líder de la bancada guinda en el Congreso del Estado, Cuauhtémoc Estrada Sotelo por considerarlo “incomódo” a la administración que encabeza la gobernadora María Eugenia Campos Galván.

Integrantes del TEE en sesión de sábado por la noche aseguró que Cuauhtémoc Estrada Sotelo ejerció violencia política de género contra de la actual presidenta del Congreso del Estado, diputada Adriana Terrazas Porras por haber votado en contra de que ella asumiera la presidencia del Poder Legislativo.

También se le acusó de haber incitado a que la militancia abucheara a Terrazas Porras en un evento político, sin embargo, es por todos conocido que, la legisladora oriunda del PRI y cercana amiga del exgobernador César Duarte, hoy morenista no es del agrado del grueso de la militancia, tal como ocurre con personajes políticos como Miguel Latorre Sáenz, Marco Quezada y hasta Cruz Pérez Cuéllar, prueba de ello es lo expresado por los integrantes del movimiento “Los de Abajo Organizados”.

Y es que desde el inicio de la legislatura, Estrada Sotelo ha dirigido con postura critica guiando a los integrantes de su bancada a defender diversos temas emitiendo posturas incómodas por preponderar el derecho de los chihuahuenses tanto en materia de seguridad, educación, salud, derechos humanos e igualdad y transparencia mostrando una critica dura, quizás hasta sarcástica pero al mismo tiempo constructiva.

La postura de Estrada Sotelo no ha sido del agrado de la mandataria estatal y sopretexto de la “igualdad de género” y de los mecanismos legítimamente alcanzados dentro de una democracia que el día de ayer los tribunales electorales “manipularon” con el afán de volcarse en contra del lider morenista asegurando de “ejercer violencia política” contra la actual presidenta del Congreso del Estado, Adriana Terrazas Porras.

No obstante, lo que muchos no saben es que los acuerdos establecidos para presidir la presidencia del Congreso del Estado en el segundo período Legislativo contemplaban al diputado Benjamín Carrera Chávez, quien a su vez fue calificado por los grupos parlamentarios del PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano como “rádical” por también asumir la postura critica de Cuauhtémoc Estrada Sotelo.

Pero al considerar a Benjamín Carrera Chávez como diputado “radical” y discriminarlo por ser critico no se consideró violencia política en su contra, ni mucho menos un acto de discriminación, curioso no creen…

Y es que resulta irrisorio que quienes alzan la voz y asumen una postura crítica a los gobiernos en turno ya sean del partido que sea son considerados como “piedras en el zapato”, personajes incómodos que se radicalizan en efecto con protestas y movimientos que se asumen a favor de la democracia que cada día se ve minimizada por la manipulación de mecanismos legitimos como los derechos humanos, la equidad y la violencia política de género.

Es curioso que el Instituto Estatal Electoral (IEE) haya excluido hace unos días al Partido Morena, a su militancia y a sus diputadas en la firma del Pacto por la Integridad y la No Violencia Política Contra las Mujeres en Razón de Género, esto bajo el pretexto de que no confirmaron su presencia, acaso si los representantes populares no confirman su presencia el órgano electoral los borra de un plumazo del evento.

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