La violencia ejercida por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en todo el territorio mexicano no tiene límites, pues lo mismo ataca a grupos rivales que a civiles, policías y hasta elementos de las Fuerzas Armadas.
Así ocurrió recientemente en la región que comprende los estados de Zacatecas y Jalisco, una zona controlada por el CJNG y en donde, al parecer, la única autoridad que manda es la de los sicarios.
Y es que la tarde del miércoles comenzó a difundirse la noticia sobre la desaparición del coronel del Ejército José Isidro Grimaldo, quien salió del municipio de Tapalpa, Jalisco, con rumbo a Zacatecas, pero nunca llegó a su destino.
Este hecho provocó la movilización de autoridades estatales y federales en la zona, así como el despliegue de cientos de soldados para dar con el paradero del mando militar, quien habría sido secuestrado por un comando armado cuando circulaba a bordo de su vehículo.
De acuerdo con diversos medios, el comandante se encontraba disfrutando de su periodo vacacional, por lo que viajaba en automóvil particular y carecía de escoltas.
Horas después de darse a conocer su desaparición, se informó que la unidad en la que circulaba el militar fue encontrada abandonada en el municipio de Tonalá, mientras que en la ciudad de Guadalajara se halló un cuerpo con signos de tortura e impactos de bala, junto al cual estaba el teléfono móvil personal de Grimaldo Muñoz, así como su arma de cargo.
El mando militar se desempeñaba como comandante de los Dragones Urbanos, un Regimiento de la caballería motorizada con sede en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Sin embargo, fue removido de su cargo en mayo de 2022 al estar señalado por presuntamente haber ordenado una ejecución extrajudicial contra un joven de 22 años que viajaba en una moto, así como de haber alterado las evidencias.
“Para manipular la escena, los soldados acomodaron en forma inusual las unidades oficiales y prendieron las luces de los vehículos para evitar que pudieran tomar fotografías o videos los vecinos, testigos y reporteros”, señaló sobre ese caso el diario El Mañana de Nuevo Laredo.
“Según testigos, el personal militar, aprovechando que no había ninguna autoridad investigadora, arrojó pólvora quemada al cuerpo de su víctima, con la finalidad de que saliera positivo en una prueba de Rodizonato de Sodio”, agregó el medio local.