“Sí, imaginé que iba a ser un defensor del Ejército”, respondió López Obrador a una pregunta expresa acerca de su posición. “Me hinco donde se hinca el pueblo”, dijo Andrés Manuel López Obrador para justificar su defensa del Ejército y las Fuerzas Armadas.
Andrés Manuel López Obrador duplicó, una vez más, su apuesta por el Ejército. Esa apuesta vino luego de que echara también “su resto” en la condena de Uriel Carmona, quien a pesar de su condición de fiscal de Morelos fue arrestado por autoridades federales y repetir, una vez más, sus críticas a los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y, de manera más general, al Poder Judicial.
La crítica de Carmona, adelandata por la secretaria de Gobernación Luisa María Alcalde, lo presentó como incapaz de ejercer el cargo para el que fue designado en su momento por la legislatura del Congreso del estado de Morelos, con un número significativo de irregularidades en el desempeño de sus funciones.
Las críticas al Judicial tuvieron que ver con la determinación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación de exigirle a la Cámara de Senadores que cumpla con el procedimiento de nombrar a los consejeros del Instituto Nacional de Acceso a la Información que no han sido reemplazados.
Aunque López Obrador presentó el asunto como una disputa entre esos dos poderes, debe tenerse presente que el Ejecutivo de la Federación también está involucrado en ese proceso. En ese sentido, no es un conflicto que sólo involucre al Legislativo y al Judicial, sino que involucra a los tres poderes de la Unión.
En marzo de este año, cuando terminaron los periodos de dos de los consejeros y se esperaba que el presidente ratificara los nombramientos de Yadira Alarcón Márquez y Rafael Luna Alviso, López Obrador informó al coordinador de los senadores del Movimiento de Regeneración Nacional, Ricardo Monreal Dávila, que “vetaría” esos nombramientos.
Gracias a ello, el INAI ha permanecido en un limbo del que recientemente lo rescató la SCJN al autorizar que sesione sin la totalidad de sus consejeros.
La segunda parte de la conferencia de prensa de este martes se centró, en cambio, en una airada defensa del Ejército Mexicano y de las Fuerzas Armadas.
Luego de que ayer, en el LV aniversario de la masacre de Tlatelolco ofreciera hipótesis alternativas que libran de responsabilidad al Ejército y la Secretaría de la Defensa Nacional, para colocar toda la culpa, sin matiz o acotación alguna, en Gustavo Díaz Ordaz y el Estado Mayor Presidencial y, de manera más marcada, en este último que era una institución dependiente tanto de la Presidencia de la República, como de la propia Secretaría de la Defensa Nacional.
Hoy martes, López Obrador presentó su defensa de las Fuerzas Armadas como parte de la épica de su conflicto con los expresidentes Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojosa. En repetidas ocasiones durante la conferencia de este martes, López Obrador asumió la plena defensa de los militares mexicanos, tanto por los hechos de Tlatelolco en 1968, como por los de Ayotzinapa en 2014.
A pesar de ello, mientras que en 1968 la responsabilidad la imputa en Díaz Ordaz y el Estado Mayor Presidencia, en Ayotzinapa López Obrador presentó los hechos en el estado de Guerrero como responsabilidad de las autoridades y policías municipales, grupos de delincuentes, así como “algunas autoridades federales”.
En ese sentido, deslindó, como ya es costumbre a su antecesor: “no fue por una orden de (Enrique) Peña Nieto”, dijo.
Lo que sí dijo, como respuesta a una pregunta expresa es que se había imaginado como defensor del Ejército Mexicano, por «conocer la historia», como se puede ver en el vídeo que se presenta a continuación.
Según la argumentación que presentó a lo largo de varios minutos, la defensa del Ejército tiene que ver con el hecho que el actual no es el mismo Ejército que depuso a Francisco I. Madero hace 110 años, en el Golpe de Estado, ocurrido del 9 al 18 de febrero de 1913 ,conocido en México como La Decena Trágica, encabezado por Victoriano Huerta.
A pesar de ello, dijo que no hay “impunidad para nadie” y se pronunció contra la simulación. La defensa de López Obrador la enmarcó en una defensa que la generación de los Liberales del siglo XIX hacía de las devociones del catolicismo mexicano.
López Obrador citó una frase que suele atribuirse a Ignacio Ramírez, conocido en su época como El Nigromante, es decir, una persona que practica la magia, según la cual él se hincaba “donde se hinca el pueblo”.
En la lógica de López Obrador, su actitud ante Ejército y las Fuerzas Armadas refleja la de “la mayoría del pueblo de México”, afirmación que justificó con los datos de una de las encuestas del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática, INEGI donde la gente apoya a la Marina con el 89.6 por ciento, al Ejército con el 87.1 por ciento y a la Guardia Nacional, con el 80.9 por ciento en el 2022, que presentamos a continuación.