Luego del motín en el Cereso No. 3, de Ciudad Juárez, el pasado 1 de enero en el que se fugó Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, ‘El Neto’, líder de la pandilla ‘Los Mexicles‘, y uno de los brazos armados del Cártel de Sinaloa en Chihuahua, parecía que esta organización criminal se fortalecía. Sin embargo, apenas cuatro días después de este hecho, el Cártel de Sinaloa recibió dos fuertes golpes como respuesta del gobierno mexicano previo a la visita del presidente de los Estados Unidos a México.

En las primeras horas del jueves 5, la gobernadora de ChihuahuaMaría Eugenia Campos, informó que Piñón de la Cruz, El Neto’, había muerto en camino al hospital, tras en el enfrentamiento de su recaptura en un operativo con las fuerzas de seguridad de los tres órdenes de gobierno en Ciudad Juárez. En la fuga del 1 de enero, de unos 30 reos organizada por Los Mexicles, se registraron 17 muertos, entre estos diez custodios y siete reos de la pandilla.

Por otra parte, se dio un segundo golpe al cártel. Este mismo jueves, las autoridades mexicanas informaron de la captura de Ovidio Guzmán, uno de los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán, quien también ha sido de los más buscados por el gobierno de los Estados Unidos.

Fue arrestado en la madrugada en la ciudad de Culiacán, lo que derivó en una ola de bloqueos viales y ataques con vehículos incendiados. Ovidio dirigía el grupo de ‘Los Chapitos’, otra brazo de esta organización criminal con influencia en Sinaloa, Sonora y parte de Baja California.

La muerte de líder de Los Mexicles en Ciudad Juárez y el arresto de Ovidio Guzmán en Sinaloa se da horas después de que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunciara su visita a la frontera entre Estados Unidos y México, antes de la cumbre programada para la próxima semana en la Ciudad de México con los presidentes de México y Canadá.